Capítulo
2: De vuelta a la realidad
Todos
los allí presentes sabíamos que la muerte del profesor había sido un gran golpe
sentimental y un gran cambio en nuestras vidas. Flora es huérfana y mis padres
viven en Misthallery, un pequeño pueblo muy lejano.
Ahora
era cuestión de días que los servicios sociales nos encontrasen, nos separasen
e hicieran que no nos volviéramos a ver.
Amy vivía sola, cerca de las montañas, pero no
podía meternos a Flora y a mí en su apartamento de 50 metros cuadrados. Si
queríamos seguir con nuestras vidas como hasta ahora, aunque sin el profesor, teníamos
que conseguir dinero e irnos a vivir lejos. Amy no permitió que nos fuéramos a
vivir solos así que decidió ayudarnos, debíamos vender la moneda y comprar la
casa.
La
moneda era de oro, con varios agujeros y una D en el centro. Brillaba mucho,
tanto que cuando le daba el sol el reflejo me cegaba.
Una
semana más tarde fui a vender la moneda, Amy me llevó en su moto hasta allí. La
decepción que me lleve hizo no pudiese sostener la moneda y que se me cayera al
suelo, era de oro falso, latón pintado o como le quieras llamar… El profesor no
era un hombre rico ni pobre y lo que le había dejado a Amy tampoco era
suficiente para comprar la casa.
Volvimos
al piso del profesor, el buzón volvía a estar lleno de facturas, las de
siempre. Pero había tres cartas nuevas.
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