Capitulo 17: Ya no hay peligro, creo.
Flora, Raquel y yo caminamos subiendo la montaña hasta
llegar a un cruce en el que nos encontramos de nuevo a Drebber, Stangerson y
Helen. Stangerson y su hijo comían algo que habían guardado del día anterior y
Helen se abanicaba con una hoja que había cogido de una palmera. Nos sentamos
con Drebber y le dimos algo de comer. A los pocos minutos Helen y Drebber
continuaron su camino, mientras que Stangerson seguía recuperando fuerzas y
esperando a que las recuperase la pequeña criatura que le acompañaba. Stangerson
no iba muy elegante, vestía una camisa de cuadros y una chaqueta azul oscuro.
Su hijo tenía aproximadamente diez años, tenía el pelo no muy corto, lacio y
claro.
Flora se colocó al borde de la montaña con la mirada clavada
en el mar, se dio la vuelta para hablarnos y con el movimiento la tierra sobre
la que apoyaba sus pies se desplomo dejándola caer al abismo. Corrimos hacia
ella y le sujetamos la mano con la que se agarraba a un bloque de tierra.
Raquel y Stangerson me ayudaron y entre los tres conseguimos levantarla. Al
subir se abrazó a mí, tardó por lo menos un par de minutos en soltarme. Cuando
lo hizo me miró a los ojos y me dio las gracias.
Continuamos caminando hacia el castillo dejando a Stangerson
y compañía detrás. Tardamos por lo menos una hora en llegar a lo alto de la
montaña pero lo conseguimos. Al llegar nos encontramos a Alice y Emmy, que nos
contaron lo que había pasado.
Las páginas del diario del profesor estaban en la cueva,
pero no había forma de conseguirlas y no perderse. Así que acompañados de ellas
caminamos hacia la torre más cercana del castillo y abrimos la puerta…
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